Esta semana presentamos un proyecto de Ordenanza para REDUCIR en 10 kilómetros las velocidades máximas de circulación en las calles y avenidas de Villa Mercedes.
La máxima para avenidas ahora es de 50 km por hora; proponemos bajarlas a 40. En el resto de las calles es ahora de 40 y se plantea reducir a 30 kilómetros por hora.
En las encrucijadas urbanas sin semáforo, la velocidad precautoria no debe superar los quince (15) kilómetros por hora. Y en los pasos a nivel sin barreras ni semáforos, igual que en proximidad de escuelas, clubes, teatros no más de 10 kilómetros por hora.
La circulación a un máximo de 30 kilómetros por hora permite reducciones sustanciales de la contaminación acústica y del aire. Asimismo el peligro que supone el tráfico, y especialmente el automóvil, para el resto de usuarios se ve fuertemente disminuido.
Para los ocupantes del vehículo, la probabilidad de muerte en un choque a 80 km/h es 20 veces mayor que en un impacto a 32 km/h.
La probabilidad de que un peatón muera se multiplica por ocho cuando la velocidad del vehículo pasa de 30 a 50 km/h.
La Agencia Nacional de Seguridad Vial recomienda bajar a 30 km/h porque a esta velocidad se reduce sustancialmente la distancia de frenado de los vehículos ante una situación de emergencia. De esta manera hay menos siniestros tal como ha sucedido en los países que han adoptado esta medida.
"Bajar la velocidad máxima de las calles como manera de calmar el tránsito y proteger la vida de los usuarios vulnerables de la vía pública es una medida que está al alcance de todas las autoridades. Al igual que sucede cada vez más frecuentemente en países con larga tradición en seguridad vial, desde la ANSV creemos que Argentina puede bajar a 30 km/h la velocidad de las calles de las ciudades y los pueblos, sin que ello implique atentar contra la fluidez de la circulación.
Por eso, recomendamos a los gobiernos locales que den este paso" señaló el director ejecutivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, Pablo Martínez Carignano.
"Calles para la vida" fue el lema elegido para la 6ª Semana Mundial de la Seguridad Vial de la ONU que este año se celebró del 17 al 23 de mayo de 2021, y que aboga por los límites de 30 km/h como norma en las calles y zonas residenciales donde conviven las personas y el tráfico de vehículos.
Visión cero y seguridad vial sostenible
En 1997, Suecia aprobó el programa Visión Cero, de seguridad vial en el que los proveedores, las autoridades y los usuarios del sistema de tránsito de ese país cooperan en la fijación de metas y otros criterios de eficacia.
El objetivo primordial es un sistema de tránsito en el que no se produzcan muertes ni lesiones graves por choques.
Tiene una estrategia a largo plazo encaminada a mejorar gradualmente la seguridad vial hasta conseguir el objetivo.
Se fundamenta sobre cuatro principios:
- Ética: la vida y la salud del ser humano son lo más importante; tienen preferencia sobre la movilidad y otros objetivos del sistema de transporte por carretera.
- Cadena de responsabilidad: los proveedores, organizaciones y usuarios profesionales son responsables de la seguridad del sistema. La responsabilidad de los usuarios es la de cumplir las normas y la legislación. Si los usuarios de las carreteras no cumplen las normas y la legislación, la responsabilidad recae sobre los proveedores del sistema.
- Filosofía de seguridad: los seres humanos cometemos errores; los sistemas de transporte por carretera deberían reducir al mínimo las posibilidades de error y los daños ocasionados en caso de error.
- Mecanismos del cambio: los proveedores y organismos de control del sistema de transporte por carretera han de hacer todo lo posible para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos y todos los participantes deberían estar dispuestos a cambiar a fin de lograr circular sin incidentes.
Recomienda que todos los países, independientemente de su nivel de resultados en materia de seguridad vial, adopten un enfoque en la materia orientado hacia un sistema seguro.
Este enfoque se apoya en las intervenciones de seguridad vial existentes pero replantea la forma en la que el público ve y aplica la seguridad vial.
Aborda todos los aspectos del sistema de transportes por carretera de forma integral con el fin de asegurar que los niveles de energía liberada en un accidente sean menores que los que pudieran causar graves lesiones o víctimas mortales.
Requiere la aceptación de todas las responsabilidades compartidas entre los diseñadores del sistema y los usuarios de las carreteras.
Favorece el desarrollo de intervenciones innovadoras y las nuevas asociaciones necesarias para lograr los objetivos ambiciosos a largo plazo.
En Bogotá (Colombia), donde se aplicó la medida, se redujo un 32% la mortalidad en el tráfico.
Además, los ensayos realizados en situaciones reales han demostrado que en la mayoría de los desplazamientos habituales en ciudad, la diferencia de tiempo entre circular a una velocidad máxima de 30 o de 50 km/h es mínima.
¿Por qué 30 Km/h?
Varios son los motivos en la elección de esta velocidad urbana, siendo el principal la protección de los ciudadanos.
El riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello a 50 km/h es del 90%, mientras que si se reduce la velocidad a 30 km/h, ese riesgo baja al 10%.
A 30km/h se reduce a la mitad la distancia que se necesita para detener el vehículo con respecto a una velocidad de 50 km/h. Esto puede suponer atropellar a una persona o poder evitar el accidente.
Los modernos sistemas de seguridad activa de los vehículos para proteger a los peatones se han demostrado mucho más eficaces cuando se circula a 30 km/h que cuando se hace a 50 km/h.
Las pruebas y experiencias existentes en zonas donde se ha reducido la velocidad máxima a 30 km/h han demostrado un efecto positivo sobre la siniestralidad, reduciendo los accidentes en un porcentaje mayor al 40%.
Una velocidad que salva vidas
Como vemos, estos datos arrojan una clara y evidente mejoría en la accidentalidad y el número de víctimas que ocurre en las ciudades. Reducir la velocidad máxima permitida a 30 km/h puede suponer salvar vidas.
En España la reducción de velocidad a 30 km/h es una medida reclamada por la Federación Española de Municipios y Provincias y por diferentes Ayuntamientos como los de Madrid, Barcelona, Zaragoza o Málaga entre otros. Reducir la velocidad favorece la convivencia segura entre peatones, bicicletas, motocicletas, vehículos de cuatro ruedas, así como con los nuevos vehículos que surgen en las ciudades en respuesta a la movilidad urbana.
Al mismo tiempo, esta medida estimulará a realizar desplazamientos en medios activos (a pie y en bicicleta), al percibirse un entorno más amable y seguro para la movilidad en medios sostenibles. Menos ruidos y menos peligros significa disfrutar de la vida en la calle. Poder salir a pasear o a hacer recados, practicar deporte o, simplemente, poder desarrollar tu vida como un ciudadano al que su ciudad cuida cada día y pone todos los medios para que la seguridad vial sea la mayor posible.